¡Aunque es bien sabido que el cuidado dental apropiado consiste en usar el hilo dental, lavar la boca y el cepillado, lo que no es tan conocido son los increíbles beneficios de lavarse la boca con el aceite de coco! Conocido sobre todo como “el aceite empujador”, lavar la boca con una cucharada de aceite saca y elimina las bacterias dañinas que pudren los dientes y causan mal aliento. El aceite de coco sin embargo, se solidifica por debajo de 75 grados Fahrenheit (24 grados Celsius), pero la manera de remediar esto es ya sea someterlo a un poco de calor o mezclar el aceite de coco con aceite de sésamo, que por sí solo es también es beneficioso en relación con la eliminación de las bacterias no deseadas de la boca.
Aunque esto está creciendo en popularidad hoy en día, en realidad es una antigua medicina ayurvédica [un sistema tradicional de la India] que data de 3.000 años. Además de librarnos de bacterias dañinas, el aceite de coco también puede ayudar a tener blancos los dientes.
¿Quieres aprender como eliminar el mal aliento para siempre sin tener que ir al médico? ¿Estás cansado de sentir vergüenza al ver la cara que ponen las personas cuando les hablas? Ni que decir cuando estás conversando con una persona que te gusta. El mal aliento o halitosis, es un problema experimentado por millones de personas en todo el mundo. Esta enfermedad suele tener muchas causas, por lo cual su diagnóstico y tratamiento es complejo. Por dicha, es posible solucionar este problema con los remedios adecuados.
Remedios caseros para el mal olor de boca
- Elimina bacterias en tu boca
- Ayuda en la digestión de los alimentos ingeridos
- Para usarlo como enjuague bucal, combina ½ cucharada de vinagre de sidra de manzana con un vaso de agua y haz gárgaras con esta solución por un intervalo de 10 segundos y repite hasta que se vacíe el vaso.
- Mezcla el bicarbonato de sodio con la pasta de dientes y cepíllate como de costumbre.
- Utilízalo como un enjuague bucal. Se pueden hacer grandes lotes de enjuague bucal hirviendo ocho onzas de agua y luego agregando una cucharadita de bicarbonato de sodio. Guarda la solución en un recipiente esterilizado. Para una sensación más fresca, puedes añadir unas gotas de aceite de menta.